Y, un día más, te vas a dormir con la sensación de querer frenarlo, un modo de embrague, frenazo y pausa.
Y mañana será otro día. Cerrar los ojos hasta doler y agarrar la sábana para que no se vuele y no ver, y no querer ver.
Descansar y levantarte otra vez con una sonrisa, en medio de una mentira ya normalizada, que es parte de ti, y que negarás a todos los demás por miedo a oírte decirlo en voz alta; sería aterrador. Una mentira que cada día se agravia más y más, y que, cuando vayas a por ella, decidida a quitarla de en medio, justo entonces volverá a llegar la noche para anonadarte con sus encantos y volverás de nuevo a respirar profundamente.
(...Deberíamos empezar a hacer algo.)
aguachu
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