dimarts, 14 de juny del 2011

Tempus fugit

Y, un día más, te vas a dormir con la sensación de querer frenarlo, un modo de embrague, frenazo y pausa. 
Y mañana será otro día. Cerrar los ojos hasta doler y agarrar la sábana para que no se vuele y no ver, y no querer ver.
Descansar y levantarte otra vez con una sonrisa, en medio de una mentira ya normalizada, que es parte de ti, y que negarás a todos los demás por miedo a oírte decirlo en voz alta; sería aterrador. Una mentira que cada día se agravia más y más, y que, cuando vayas a por ella, decidida a quitarla de en medio, justo entonces volverá a llegar la noche para anonadarte con sus encantos y volverás de nuevo a respirar profundamente.

(...Deberíamos empezar a hacer algo.)

dijous, 9 de juny del 2011

El post-it siempre pega dos veces

Hay una línea muy fina entre el placer y el dolor, de hecho mucha gente cree que una relación sin dolor es una relación que no vale la pena.
Para algunos el dolor implica evolución. Pero, cómo saber dónde acaba el dolor evolutivo y empieza el dolor lacerante?
Si seguimos caminando por esta línea, ¿somos masoquistas u optimistas? y ¿cómo saber cuando ya es suficiente?