dimarts, 30 d’abril del 2013

Oliverio Girondo llorando palabras

Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo… si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!





diumenge, 14 d’abril del 2013

els amics dels cirerers

Entonces soplas la vela y sin darme cuenta inauguramos la era de los pensamientos, mientras todo se vuelve oscuro. Tardo poco en acomodarme entre todas esas mantas y ese colchón inmenso desde donde el mundo es más pequeño y desde donde se ven todas las estrellas cuando anochece. Cierras los ojos. Si no me cubro la nariz con la sábana, se enfría.  Todavía no me he dado cuenta de qué hora es y ya te oigo respirar muy fuerte. Hace tiempo que mis recuerdos vagan sin sentido por un pasillo recóndito de alguna parte que desconozco. Te retuerces. Respiro. Tengo mucho trabajo. Me abrazas.
2:22h.
Y mira que hay tontos enamorados en este mundo.